Amanecí con ganas de susurrar a tu oído las cosas hermosas
que estoy sintiendo por ti. Las cosas hermosas que están naciendo sin que
ninguno de los dos hagamos algún esfuerzo.
Te veía inalcanzable, te sentía fuera de mi alcance. Hoy no
lo sé. Hoy te siento muy cerca, muy cerca pero no para mí.
Quiero aprender a amarte, quiero aprender a aceptarte,
quiero aprender a enseñarte a amarme.
Ha pasado el tiempo y hoy nos encontramos. ¿Por cuánto
tiempo? No lo sabemos. En este momento solo aspiro a compartir, solo aspiro a
acompañarte y poder estar allí. Solo aspiro que conozcas a mi gran amigo, a
Jesús.
Amiga, tu belleza me tiene cautivado. Tu sinceridad me tiene
atrapado. Como otras veces, como tantas veces. Sé que eres inalcanzable pero
cada vez que estamos juntos, sueño. Cada vez que estamos juntos, soy feliz.
Cada vez que estamos juntos, te admiro. Cuanta belleza, cuanta dulzura. Sabes,
quisiera poder decirte que te amo, que te quiero. Es lo que quisiera susurrarte
al oído.
Calgary, 5 de junio de 2012
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