Nunca había visto como una planta podría absorber tanto tus energías, tu estado de ánimo. La planta que me regalaste recogió para sí todo lo que sentí esa semana en la que rompí con muchas cosas que me tenían cargado, pero también con lo que me animaba, lo que me hacía feliz.
Una amiga que conoce muy bien de plantas aceptó ayudarme a recuperarla. La tiene. Lo hará. Como también tendrá mis energías, mis ganas de sentirme bien a pesar de la tristeza. Porque todo lo que sucede ocurre por alguna razón que quizás no sabemos en el momento.
Me sentía avergonzado por mis gestos infantiles, inmaduros. Cerrar toda oportunidad de contacto fue eso. Afortunadamente también será aprendizaje. Emociones e impulsividad. De eso se trata. Abraza tus emociones. Debes verla. Debes conocerla. Debes entenderla. Debes aprender.
Nos quedan suficientes, pero menos años que antes. Solo hagamos que sean cada día más apacibles. Felices. Calmados. Alegres. Donde podamos sentirnos bien. Donde podamos vivir en paz. Con encuentros con nosotros mismos. En compañía y en soledad.
Merecemos ser felices. Merecemos tranquilidad.
Agradezco al Universo todos y cada uno de los momentos que compartí contigo. Estarán conmigo siempre.
Conversar contigo. Juntos. Con una llamada. Por un video. Las disfrute mucho. Tu alegría, amabilidad, transparencia y sonrisa siempre me encantaron. Y siempre me encantarán.